Caminos del deseo es la denominación que se da a esos trazados alternativos a las rutas oficialmente diseñadas por arquitectos o urbanistas, y que surgen imprevisiblemente, realizados por el caminar libre de las personas. Son rutas no oficiales que reflejan en la mayoría de las ocasiones trazados más lógicos, más cortos y mejor adaptados a las necesidades de los ciudadanos. Son caminitos sencillos y limpios que hablan de nuestras querencias naturales y también de una resistencia simple pero tenaz a aquello que a veces se pretende imponer sin haber valorado antes las circunstancias reales de las personas.

Este trabajo hace referencia a los caminos vitales que las personas de la llamada generación del baby boom tuvieron que seguir, en ocasiones buscando una alternativa a aquellas vidas que les venían impuestas. Hubo quienes consiguieron trazar y seguir esas vías alternativas y quienes no consiguieron salir de los trazados oficiales. Hubo quienes arriesgaron en esas rutas desconocidas y quienes se perdieron en ellas.

El trabajo habla de las vidas de una serie de personas que nacieron o crecieron  en torno a 1960, tomando a Pamplona como punto de referencia. En aquel momento habían transcurrido ya 20 años de dictadura tras el término de la guerra civil y se comenzaba a experimentar una explosión de natalidad aunque con cierto retraso respecto al resto de Europa y a los Estados Unidos, debida principalmente a la estabilización económica. Fue el momento histórico en que Franco inauguró el Valle de los Caídos, se produjo la revolución cubana, el Lehendakari Aguirre lanzó su último mensaje navideño desde el exilio, Jorge Oteiza dio por finalizada su labor escultórica, nació la organización E.T.A., Martin Luther King pronunció su Yo tengo un sueño, John F. Kennedy fue asesinado en Dallas y Julián Grimau fue fusilado en la cárcel de Carabanchel.

El proyecto habla de mi propia generación, por lo que quiero mirar a quienes conmigo van con una mirada llena de experiencias comunes pero también con la curiosidad de saber cómo fue su vida. Creo que esta reflexión personal justo en este momento acerca del complejo lugar que hemos ocupado las personas de mi generación puede ser una buena forma de saber cuál es nuestro lugar en los nuevos paradigmas que se nos presentan.

Quizás este ya no sea el tiempo de los grandes relatos y este trabajo tampoco los necesita. Al contrario, lo que pretende es mostrar los pequeños caminos alternativos, los pequeños gestos, los recuerdos personales, las sensaciones livianas, la pequeña memoria emocional que finalmente talla nuestras vidas de una forma mucho más rotunda que las palabras ampulosas o los destinos grandilocuentes.

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